Las paradas o reducciones en la capacidad operativa de sistemas de extracción de crudo y gas se consideran en términos prácticos como pérdidas, dado que invariablemente hay una exigencia muy grande en cuanto al cumplimiento de los compromisos de entrega de producto y que, además, en la mayoría de los casos se trata de operaciones realizadas bajo el esquema de concesión. En el esquema de concesión hay un plazo estricto para que esta revierta y ello combinado con las limitaciones técnicas que hay para compensar las posibles pérdidas a través de eventuales incrementos en las ratas de extracción hacen que no sea posible recuperar lo que se deja de producir durante una parada. Así, una premisa fundamental para las compañías de este sector es que las fallas en los sistemas de distribución de energía y en equipos de conversión asociados a extracción y transporte de crudo y gas, las cuales tienen un altísimo impacto en la estabilidad operativa y continuidad de servicio de sus instalaciones, sean reducidas al mínimo nivel posible.
Una estrategia adecuada de monitoreo de equipos y acciones preventivas y correctivas oportunas en instalaciones de producción y transporte de gas permiten garantizar la continuidad y estabilidad de operación en forma tal que se cumpla con las metas de extracción y entrega de producto.